Había una vez una chica que se llamaba Valentina. Ella era tan bella que no podía salir para nada porque cuando salía a las calles, atractiva la atención de todos, de joven a viejo, que no se podían controlar. Estaba tan bonita desde chica que se la han trataron de robar, por eso es la razón que ya no la dejan salir a la cuidad. Tenía pelo negro y rizos sueltos que le llegaba hasta la cintura, piel de color miel, y ojos café con un toque de verde que parecían contar una historia. Ella vivía en una casita dentro del bosque, rodeada de solamente con árboles, arroyos, y animalitos que eran los únicos amigos de Valentina.
Un día, ya tarde, Valentina fue corriendo a casa de pasar su día explorando el bosque como cualquier otro día cuando se cayó en un profundo agujero que ella no podía salir por su cuenta. Ella comenzó a preocuparse porque en no menos de treinta minutos, sería oscuro y frío. Ella comenzó a gritar y gritar, hasta que ella se rindió y empezó a llorar con tanta tristeza en cada sollozo. Finalmente fue calmándose cuando oyó pasos por encima de ella en el suelo. "¿Hay alguien ahí arriba que me pueda ayudar? Por favor," Valentina pregunto. En ese momento, el cielo ya se había vuelto negro y no se miraba ya nada. "¿Quién está ahí?" preguntó una voz masculina. "¡Ten cuidado! Me caí en un agujero y necesito ayuda!" Valentina respondió. El hombre misterioso aceptó ayudar y trató de muchas maneras, pero no pudo llegar a ella de ninguna manera. El hombre se dio cuenta que no le gustaba el oscuro a Valentina y le prometió a hacerle compañía hasta la mañana y luego ir a sus padres para ayuda.
Él se acostó al lado del agujero y comenzó a platicar con ella, con la oscuridad tapando la visión al uno al otro. Hablaron toda la noche y dijeron cosas que nunca le habían dicho a nadie. Sin tener ni idea de lo que el otro parecía, se enamoraron con solo palabras y voz.
Cuando el sol finalmente salió, las cosas empezaron a ser visibles, y Valentina apareció de entre las sombras del agujero y miró hacia arriba. Los dos se quedaron atónitos. Era obvio que estaba sorprendido por su belleza como todo el mundo, pero Valentina no esperaba ver lo que vio. El hombre era el guapo de Sebastián, el más buscado de la ciudad más cercana para robar y comenzando guerras contra los ricos codiciosos que aterrorizaban a los pobres. No le importaba sin embargo, y le sonrió con tanta dulzura. Era un héroe para los padres como Valentina en el que se fue a ir a buscar y ayudar a Valentina a salir. Cuando ella estaba fuera de ese agujero desagradable, con el permiso de sus padres, decidió irse con Sebastián, y vivir una vida de aventura con un hombre que se enamoró de su mente primero que su belleza.